Un lugar donde espresar todas esas pequeñeces que ocurren dentro de mi. Un lugar donde poner un puñado de palabras al alcance de todos....
viernes, 24 de junio de 2011
Estrellita
Ella perseguía una estrella, ella una joven niña aun, que soñaba con alcanzar las estrellas, con tocar con sus manos su luz, ella la princesa de un cuento con mil colores, ella con su sonrisa entrena.
La noche entraba ya en el firmamento, ella desde la ventana de su cuarto en el palacio de cristal miraba el cielo, mira a su estrella en el firmamento, las pequeñita de todas, escondida entre dos grandes estrellas, ay estaba la que ella quería la que ella se pasaba mirando día tras día, su luz era distinta, era cálida, era cercana,, y como cada noche ella le hablaba, le contaba todo lo que había hecho en el día, le susurraba canciones que aprendía, compartía con ella sus sueños y alegrías, con su pequeñita estrella.
Pero esa noche algo raro paso, su estrella no estaba donde siempre, la busco y la busco por el firmamento, pero no la encontraba, una pena inmensa recorrió su corazón, unas lagrimillas asomaron por sus suaves mejillas, y estando así sumida en la tristeza la vio pasar, una estrella fugaz, pero no una estrella cualquiera, no cualquier otra estrella fugaz como antaño tantas viera, esa era su estrella, su pequeña, cálida y dulce estrella, aquella a la que tantos sueños le confío estaba dibujando por el firmamento palabras de amor.
Y la vio bajar rápido como un rayo, la estrella dejo de estar en el cielo, con sus hermanas mayores y bajo a su mundo cerca de donde ella la podía tocar, pero no bajo a su palacio de cristal, cayo más haya de donde su vista podía alcanzar, pasados los paramos baldíos, más haya del río del olvido, cayo en una tierra en la que ninguna estrella había brillado jamás, en un lugar frío y solitario. y entonces lo vio claro, tenia que irla a rescatar, tenia que cuidar de su estrellita que tantas noches en silencio la había escuchado reír y llorar.
Y así emprendió un viaje, una aventura, cruzo los paramos baldíos, donde el horizonte no se acerca jamás, sus piececillos se hincharon del cansancio y del dolor, pero ella no desistió, no por su estrellita perdida en la soledad, cruzo el río del olvido en donde los amantes despechados encontraban su eterno descanso, pero ella no descanso, construyo una barquilla con las hojas de una palmera y los palos de un manzano, y remo durante tres días sin parar, y siguió caminando, y al final, más haya de donde cualquier hombre se atrevió a llegar allí la encontró, una estrellita pequeñita, chiquitita, tan pequeña que cabía en su manita, ayi estaba tiritando de frío y miedo, dando pequeños saltitos de un lado a otro.
Entonces ella le hablo, le hablo como siempre hacia, le contó todo lo que había pasado desde la noche que la vio caer del cielo, y la pequeña estrella dejo de saltar dejo de tener miedo, pues reconoció la voz y el corazón de la niñita que todas las noches le hablaba, y dio un ultimo salto y entro en su corazón, y desde entonces la niñita guardo en su corazón a la estrellita pequeñita, porque cuando se desea de verdad y con el corazón podemos hacer bajar a las estrellas y si luchamos con todo nuestro ser por encontrarnos con ella al final siempre en nuestro corazón quedaran y ya dará igual que haga frío o calor, porque siempre guardaremos en nuestro corazón la ilusión de las estrellas.
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