lunes, 2 de julio de 2012

La miraba

La miraba en silencio, embriagado por su belleza, las palabra se amontonaban en su cabeza y le resultaba imposible escoger las adecuadas, quizás por eso nunca le decía nada... y solo podía mirarla embobado, sin pestañear... para no perder ni un segundo de su presencia, intentando memorizar cada segundo que pasaba con ella, como si recordando todo, rememorando todo, llegara el día en que pudiera por fin decirle todas esas palabra que ahora se amontonaban en su cabeza.
Pero sentía como poco a poco el tiempo se le escapaba entre las manos, como cada segundo que pasaba sin decirle que la amaba era un segundo desperdiciado, lo sentía tan profundamente en su alma, tan intensamente en su corazón... Pero a pesar de sentirlo con tanta claridad, siempre era lo mismo, siempre la miraba en silencio, muy callado para escuchar cada suspiro que de ella salía, y las pocas palabras que a ella le dedicaba siempre le resultaban insulsas infantiles, como ocultando su verdadera esencia, su verdadera naturaleza. 

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