Las luces se van una a una apagando y tu paso a paso hacia mi te vas acercando,
te miro tembloroso desde una esquina de mi cama,
tus ojos se clavan en los míos, ardientes, intrigantes, enamorados,
los míos no son capaces de separarse de los tuyos,
pones una mano sobre mi cara,
me acaricias en silencio,
nos sobran las palabras...
Todas esas palabras que un día nos separaron ahora de nuevo nos unieron,
y yo solo sueño con decirte cuanto te eche durante este tiempo de menos,
contarte las noches en vela mirando las estrella y como te veía en cada una de ellas, tan distante y tan cercana,
en contarte las miles de cartas que llevan tu nombre y que guardo en mi corazón, pero ya no hace falta...
Mueves tu mano hacia mi espalda y yo poso las mías en tus hombros desnudos a la luz de la luna,
acaricio tu cuello y lo recorro con un largo beso,
y aun después de tanto tiempo mis labios no olvidaron el camino hacia tus sueños...
Ese camino que un día juntos compartimos y en el que en nuestros mejores días vimos nacer una sensación que por siempre acompañara mi corazón...
Poco a poco nuestros cuerpos se van acercando y en un tierno y largo abrazo nos vamos fundiendo,
el sonido del viento retumba con fuerza contra la ventana,
los rayos de la luna iluminan tu mágica mirada,
y ya pareciera que se paro el tiempo mientras entre tus brazos veo pasar contento las horas y los días y le digo adiós a este frío invierno que invadió mi corazón,
y fundidos en ese eterno abrazo voy cayendo presa del sueño,
de ese sueño en el que siempre fue tu reino, y en el que siempre estas presente
besando me la frente,
y diciéndome entre suspiros y susurros esas palabras que hoy nos unen de nuevo.
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