miércoles, 29 de febrero de 2012

Abrazo

El contacto de dos ombligos desnudos entre sabanas revueltas y sueños a medio soñar, dos bostezos acordes en clave de mi menor, con el ritmo de un despertar a la par. Amanece y el calor de un sol deslumbrante se transmite hasta el pensamiento. Una nueva idea que no es ya tan nueva corre por mi cabeza pero hoy da igual. Ese recuerdo es el importante, es al que me aferro, el que me arropa las noches impares cuando me evade el sueño y el que transporta todo el sentido a la par que me vuelve loco.
Un abrazo dormido que te doy dormido, pero que cuando despierto aún permanece. El recuerdo de una vez imperfectamente enfrascado por toda la habitación y que aún si abro la ventana sé que siempre volverá. Un abrazo dormido que aunque solo se lo de a la almohadas, se siente como nunca.

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